Todas las hipótesis siguen abiertas. La policía está centrando la investigación en reconstruir todos los pasos de los menores desde que salieron de Huelva, donde vive la madre, hasta Córdoba, donde fueron recogidos por el padre y llevados a la casa familiar. Fue de allí desde donde Bretón salió con los niños para comer e ir al parque donde fue visto el adulto el sábado, según testigos.
Sin embargo, aún no está acreditado que los niños llegaran a esta zona de ocio, donde el padre ha declarado que los perdió de vista. El relato del padre, que a estas horas sigue en condición de testigo, está siendo revisado minuciosamente.
Los agentes han analizado en una hoguera en la finca familiar restos que José Bretón señaló como ropas, objetos y documentos desechados tras la reciente ruptura conyugal con su mujer. Las investigaciones no han aportado datos positivos, por el momento. Ninguno de los restos y objetos analizados hasta ahora guarda relación con los pequeños y su desaparición.
Los agentes mantienen abiertas todas líneas de investigación. "La esperanza es lo último que se pierde", subrayaron fuentes del caso. La policía ha calificado el caso de "alto riesgo" según una directriz de 2009 de la Secretaría de Estado, informa Jesús Duva.
Agentes de la Policía Científica, de la unidad de investigación del subsuelo (alcantarillas) y policías con perros rastreadores participaron ayer en las labores de rastreo.
En la parcela investigada hay una vivienda de dos plantas en el paraje de Las Quemadillas, situado junto a un polígono industrial a las afueras de la ciudad. El padre, José Bretón, se presentó voluntariamente con unos familiares en la finca a las 12.30 de ayer, cuando ya había policías dentro en busca de pistas. La inspección de la finca se prolongó durante todo el día.
Los trabajos policiales se reforzaron con la llegada de tres inspectores del Grupo de Homicidios central de Madrid, agentes de la Policía Científica y otros tres de Sevilla. Entre estos últimos figura el comisario de la Policía Judicial sevillana Manuel Piedrabuena, que dirigió la investigación por la desaparición de la joven sevillana Marta del Castillo.
Ambos menores viven entre semana con la madre en Huelva y el pasado fin de semana habían ido a Córdoba a pasarlo con el padre, ya que el matrimonio está en proceso de separación desde hace un mes. El padre denunció la desaparición de los menores el sábado a las 18.40. Según su relato ante la policía, se encontraba en el Parque Cruz Conde, una gran área verde de la ciudad, cuando perdió de vista a sus hijos.
El suceso se produjo en un momento muy sensible para la familia. Según fuentes familiares, el padre nunca aceptó de buen grado la decisión de su mujer de separarse. Después de que la noche de la desaparición la madre se enterase de lo sucedido, acudió a la comisaría de Huelva a prestar declaración. Allí, tras aclarar que ella no se había llevado a los niños, decidió presentar una denuncia contra su todavía marido. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Huelva confirmaron que la madre presentó denuncia por vejaciones, insultos y malos tratos psíquicos, informa Lucía Vallellano.
La madre de los niños, Ruth Ortiz, de 38 años, es veterinaria y trabaja para la Junta de Andalucía. Su marido, con el que ha iniciado recientemente trámites de separación, José Bretón, llevaba meses desempleado.
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